La temporada llegó a su fin con un resultado satisfactorio en parte, pero no como yo quería.
En enero tuve que hacerme de algunas parejas de isabelitas porque estaba cansado del camino que estaba cogiendo en ese momento la cría natural, huevos pisados abandonados a uno o dos dias de eclosionar, pichones sacados de los nidos nada más nacer, falta de alimentación, pichones con 15 días abandonados, etc...Llevaba un total de 11 pichones y me ví obligado a buscar una segunda oportunidad de vida para esos huevos o pollos que podrían seguir abandonando, por lo que me hice un 5 parejas de isabelitas para sacar la temporada algo aceptable.
El resultado final es de 33 ejemplares con 7 clásicos, 5 platas y 21 azules, un buen número de ejemplares azules que no pude conseguir el año pasado en el que los clásicos eran la mayoría.
De cara a la temporada que viene seguiré insistiendo con la cría natural pero con las isabelitas a sus espaldas por los contratiempos que pudieran ocurrir; que ocurre con esto, pues que el sitio que ocupaban esta temporada las parejas extras de goulds pues la ocuparán las isabelitas, lo que conlleva a reducir el número de reproductores y volver a las 8-9 parejas de antaño.
Comienza la época de muda, escoba y recogedor en mano recogiendo miles de plumas y empezando a observar lo maravilloso de esta especie, su multitud de colores; posteriormente la selección de reproductores y ejemplares de concursos y otra vez al lío de la cría a partir de septiembre, esto es contínuo.
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